Servicio de quiropodología: ¿en qué consiste?

La quiropodia es sin duda uno de los servicios más demandados en las consultas de podología.

Por definición, la quiropodia es el tratamiento podológico general, mediante el cual eliminamos los callos y durezas. También se realiza el corte y fresado de uñas.

Durante la quiropodia, siempre se realiza una revisión básica integral del pie, comprobando el estado de la piel, de las uñas y otras estructuras, en busca de cualquier dato que nos pueda indicar algún otro problema. De esta forma podremos diagnosticar patologías como la onicomicosis (hongos en las uñas),  dermatomicosis (pie de atleta), úlceras y heridas, etc.

El podólogo es el único profesional que debe realizar este servicio. La eliminación de durezas y callosidades (también llamadas ojos de pollo, clavos, etc., de manera coloquial) se realiza mediante la utilización de bisturís, lo que nos permite realizar el tratamiento con gran precisión y detalle.

El corte de uñas se realiza utilizando cizallas y alicates podológicos de gran calidad y corte, consiguiendo gracias a ello, realizar la mínima fuerza, y, por lo tanto, causando en la mayoría de ocasiones nada de dolor.

Mediante fresas fabricadas con materiales punteros (cerámica, carbono, titanio) controlamos el grosor y afecciones de las uñas, devolviéndolas a su mejor estado.

En las sesiones de quiropodia, también tratamos los casos de uñas incarnadas (onicocriptosis).

La quiropodia termina siempre con un ligero masaje hidratante, para cuidar la piel después de los tratamientos, y con las recomendaciones y pautas necesarias para mantener tus pies sanos y suaves.

Puesto que se acerca uno de los días más románticos del año, San Valentín, en Cliselec hemos preparado una oferta especial para todos los enamorados: una sesión de quiropodia para dos personas. Disfruta del tratamiento junto a tu pareja por sólo 20 euros.

 

Roberto Soler Donate, podólogo en Cliselec.