Los pies de los recién nacidos tienen un papel muy importante dentro del proceso de experimentación. De los 0 a los 2 años, el desarrollo de la inteligencia se logra a través de la manipulación y experimentación de los objetos y del mundo físico junto con las manos y la boca.
En concreto los pies, tienen muchas terminaciones nerviosas y una enorme sensibilidad para recibir mucha información sobre el mundo. Privarle de toda esta información poniéndole zapatos a tu bebé es privarle de todo un mundo de nuevas sensaciones, afectando a la maduración de sus habilidades motoras.
Un estudio titulado ‘Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes’, realizado por Isabel Gentil García, profesora de la Escuela Universitaria de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid reveló que el movimiento del bebé a través de los pies descalzos puede mejorar su desarrollo intelectual.
En este estudio se hace una crítica a la difusión de publicidad de calzado para bebés, así como la excesiva recomendación de algunos pediatras de calzar a los bebés. Para la profesora, los zapatitos solo son recomendables para abrigar los pies de los bebés.
Tratar de dejar descalzo al bebé lo que más se pueda o ponerle calcetines ligeros cuando hacen temperaturas más frescas es una perfecta opción para tenerlo dentro de casa.
Con el comienzo del buen tiempo es conveniente invitarlo a caminar a sentir en sus pies diferentes texturas como césped, arena.
Según el estudio los bebés descalzos aceleran la maduración de las habilidades motoras, además de la coordinación visual y manual.
Los bebes descalzos se sienten cómodos, felices y pueden explorar y desarrollarse correctamente.
En principio hablamos de tres principios básicos: libertad, felicidad e inteligencia. De este modo podemos ver que este polémico estudio que ha dado la vuelta al mundo echa por tierra la tendencia de calzar precozmente a los pequeños y destierra enquistados mitos como el resfriado, la educación y cuestiones físicas.